08 octubre, 2011

Sobre primeras impresiones de un país desproporcionado

Querido Camarada:

Permíteme saltarme las cortesías y los modos: tengo demasiado que contar y demasiado poco tiempo ¡Ya estoy en China! ¡Ya veo los enormes edificios –o el dibujo de su silueta, tras la bruma, o la polución, o sabe Dios!

Son demasiadas emociones, querido amigo, tantas que no sé cómo ponerlas en orden, ni cómo empezar esta nota que arranca con la intención de ser breve (sic).

De Sanghai, o 上海, que hay que empezar a hacerse a la escritura local, puedo decir poco más que es una ciudad amable y abierta, escaparate para el mundo de lo que es China y de lo que puede ofrecerle. No sé cuánto tiene de real, cuánto de ficticio, ni cuánta de esa ficción es intencionada o accidental. Pero, la primera impresión, única por primera, es esa. Recuerda que lo que sigue es producto de sólo tres días en China y sólo de Shanghai.

Los que no somos chinos nos reconocemos al instante. No hagas juicios precipitados, camarada, y ni se te ocurra acudir al criterio racial sin pensártelo antes (en china conviven -acceso de tos…ejem, ejem…- varias decenas de razas y no tienen el monopolio del ojo rasgado). No te descubro nada si te digo que las costumbres son diferentes y que la forma en que parece que entienden la vida no es igual a la nuestra - aunque, ahora mismo, yo no esté tan seguro, y esté rascando algo de la universalidad aristotélica (esencia en potencia). Pero estoy lejos aún de conocer a los chinos, o a uno siquiera, y de entenderlos. Y como los de fuera tenemos eso en común, verbigracia, que no somos chinos ni entendemos lo chino ni el chino, pues algo compartimos y en las miradas se nos nota.

Aunque, ciertamente, ellos (terrible radical opuesto, que me veo obligado a usar de momento) hacen sus esfuerzos por conocernos. No del modo que uno esperaría, quizá más en relación con lo utilitario (de útil). Me parece que ante ellos somos bastante predecibles: saben qué nos gusta, qué necesitamos, qué queremos… y nos lo dan sin más esfuerzo que el del comercio, sin quizá nosotros (otro radical, tan terrible) exigir nada, o sin más interés.

Desvarío en filosofías. Disculpa, querido amigo, pero cuesta poner los pensamientos en orden con tanto impacto. Dejemos el ser mental y bajemos al estómago, acerquémonos a la orilla. En el horizonte se divisan: chinas jugando a los dados en las discotecas, donde se escucha música electrónica y las cervezas las sirven con tapas de fresca sandía; las imágenes son grandes aliadas en los restaurantes, aunque no la mejor solución - te lo escribo por experiencia e impericia; la fregona es un elemento de uso común, pero del cubo y escurridor no hay ni rastro ni pruebas; las bicicletas sirven tanto de paseo como de transporte de mudanzas; la bandera de las cinco estrellas es omnipresente, y es llamativo verla sujeta a un mástil de bambú; los olores de lo frito, las raspas, los desperdicios…se mezclan tanto que hay lugares en los que se amontona y se puede sentir el tacto áspero en la pituitaria; los chinos no son necesariamente más bajos.

Te dejo, querido amigo, con muchas letras en el tintero pero sin más yuanes para timbre. Prometo ahorrar alguna idea y mandártela más tarde a este código postal. Me permito la licencia y me despido con un beso.

3 comentarios:

  1. Querido camarada, siga honrando a su bandera!

    ResponderEliminar
  2. Cuando has comentado lo de la bandera con 5 estrellas... te juro q lo primero q me ha venido a la cabeza era el logotipo de Mahou... y digo ostia q va a ser china por aquello de MAO!!! pasados 3 milisegundos, me he dao cuen de q bandera indicabas, oh camarada!
    Siguiente entrega YA!!

    ResponderEliminar
  3. Compañero de la revolución, me complace saber que algunos de nosotros, jovenes soñadores, han acabado en un país con una ideología por la que merece levantarse por las mañanas y cantar el himno nacional. Para mi desgracia, hace años que el camarada Ceaucescu nos dejo y de su recuerdo y sus convicciones solo el hormigón que abundan por las sucias calles de bucarest.

    Que gran blog y que destreza con las palabras. Se me ha caido el monoculo en varias ocasiones!!!!! Un abrazo!!

    ResponderEliminar